Creo que a estas alturas, los seguidores del blog de El Malaguita ya saben que somos buenos aficionados a degustar y compartir las bondades gastronómicas de nuestra provincia. Y como “a nadie le amarga un dulce”, hoy hemos querido una receta que está muy arraigada en los pueblos de la comarca norte de la provincia (Nororma) para estas fechas: las tortitas de masa.
La sencillez de los ingredientes hace que sea el proceso de elaboración, la finura de la masa y el grado de cochura lo que diferencie la calidad final de las tortas. Y aunque en la actualidad se consuman durante todo el año, estas tortitas finas de masa que se comen calientes y crujientes, se siguen haciendo igual desde época hispanoárabe en diverso puntos de la provincia; pero, eso sí, con diversos nombres.
En Archidona es una tradición muy arraigada consumirlas durante el carnaval en los tres jueves: Jueves de Compadres, Jueves de Comadres y Jueves de Padres e hijos. En Alameda se las conoce por sopaipas y se tomaban, también, para comer con ellas la tradicional porra. En Alhaurín el Grande se toman en invierno con chocolate y se les denomina hallullas y/o ayuyas. No obstante, hallulla –con h- es una palabra que nos ha llegado del hispanoárabe hallún, bollo de fiestas. También se pueden encontrar en Casares como torta frita, en Villanueva de Tapia como papuecas y en Jubrique como tortas.
Esta disparidad con los nombres no es nueva, ya que en 1524 Francisco Delicado ya citaba las sopaipas en el Retrato de la lozana andaluza. Además, los conquistadores andaluces las llevaron a Suramérica, donde hoy siguen llamando sopaipas, sopaipillas o hallullas a todo tipo de receta elaborada con masa de harina de trigo amasada y frita en países como Bolivia, Ecuador, Chile o Perú.
INGREDIENTES
- 1 kilo de harina
- 70 cl de agua
- 30 gramos de levadura prensada
- 30 gramos de sal
- Una cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra
PREPARACIÓN
- En una superficie plana y limpia, hacemos un volcán con la harina y vertemos en su interior el agua, la sal y la levadura en este orden. Amasamos todo con la harina hasta que la masa esté bien ligada, procurando que ésta adquiera una textura fina y color blancuzco. Dejamos reposar un poco para que suba.
- Cortamos la masa en pequeños trozos para poder estirarla con un rodillo de madera y que los trozos no nos queden demasiado finos. Una vez estirados los trozos, los cortamos en rectángulos de 5 por 10 cm aproximadamente.
- Freímos en abundante aceite bien caliente, no hirviendo, hasta que queden doradas y esponjosas. ¡Y a disfrutar!
- IDEA: Si las vamos a tomar como desayuno o merienda, las podemos servir decoradas con azúcar y canela molida y acompañarlas de una buena taza de chocolate caliente.
- SUGERENCIA: Debemos tener en cuenta la época del año a la hora de elaborarlas. Si las hacemos en invierno, es conveniente añadir 10 o 15 gr más de levadura y echar el agua algo tibia. Si es verano, deberemos echar agua del tiempo.
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