Aunque son muchas las noticias y leyendas que inundan nuestra noticia, la inauguración el pasado 26 de octubre del puente colgante de El Saltillo, que une los municipios de Sedella y Canillas del Aceituno y que es uno de los mayores puentes colgantes de España con sus 50 metros, ha hecho que en El Malaguita nos fijemos en las leyendas que giran sobre el nombre de uno de estos términos: Sedella.
Al igual que el resto de los pueblos que forman parte de la cornisa de la Axarquía, Sedella, pueblo situado dentro de la Ruta Mudéjar de la Axarquía, es posible que tenga orígenes muy antiguos y que esta zona fuese conocida por los romanos, a juzgar por los restos encontrados, monedas, cerámica, etc. Sin embargo, su nombre sigue siendo una incógnita y fruto de leyendas para muchas personas, incluyendo sus habitantes.
Cuenta la leyenda que el pueblo era conocido en el siglo XV como Villa Castillo, debido a que en una de las alturas próximas al actual pueblo se encuentran las ruinas de una gran fortaleza y a sus pies se asentaba un minúsculo núcleo urbano. Dicho castillo sirvió de sede al señor de aquella zona, siendo el último Don Diego Fernández de Córdoba, al que los Reyes Católicos otorgaron en propiedad la villa y fortaleza, y que en 1512 la Reina Doña Juana le cambió por la villa de Comares.
Esa misma historia afirma que el origen del actual nombre de Sedella corresponde a la Reina Isabel la Católica. Cuando le fueron a dar los informes de la sangrienta batalla entre tropas cristianas y musulmanas en el arroyo de Matanza, la reina, que no quería oír nuevamente tantas desgracias, cortó la locución del informador por lo sano exclamando: “… Sé de ella…” y de ahí su actual nombre. Además, en el municipio existe un refrán muy conocido que dice: “En Sedella, ni él ni ella; pero, para que sea él, que sea ella”.
Aunque esta historia nos encanta, dada la antigüedad de su asentamiento, lo más posible (y así lo refleja el Ayuntamiento de tal municipio en su web) es que el nombre sea una evolución del término latino sedilia que en el bajo imperio romano adquirió el significado de “emplazamiento o posesiones rurales”.
Otra de las razones documentadas es que en el siglo VII, antes de la llegada de los árabes, aparece citada con el nombre de Sedille en el mapa de obispados mandado hacer por el rey visigodo Wamba, y anteriormente era conocida en la congregación episcopal del obispo malagueño Teodulpo como Sedilla. En el año 927, en la descripción del historiador árabe Al-Razi de los fuertes y emplazamientos conquistados por Abdelrramán III, aparece nombrada como S. d. lía. Después de la conquista cristiana en 1487 se le llama Xedalia.
Sin embargo, de la época de la Reconquista, Sedella estuvo implicada en la rebelión de 1569 al ser empujados sus habitantes por un monfie llamado Andrés el Xorairán, que junto con veinte monfíes más dio el primer asalto el 24 de abril de 1569 a la venta de Pedro Mellado, cristiano que tenía en su poder a la esposa de un moro de la Alpujarra llamado Almueden. Una rebelión que finalizó de manera trágica como ya contamos en la batalla del Peñón de Frigiliana.
Y terminamos con una nueva leyenda relativa a la conquista cristiana de este cerro. Cuentan que “siendo muy escasas las tropas cristianas para asediar y tomar el cerro que era defendido por los aguerridos musulmanes, se decidió hacerlo por la noche, colgándole de las cuernas a las ovejas y cabras farolillos para que los asediados creyesen que un gigantesco ejército les atacaba”.
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