En una sociedad en la que recibimos multitud de mensajes e impactos visuales, resulta difícil abstraerse de acciones comerciales como el “tan nombrado” Black Friday. Sin embargo, esta semana nos ha servido de excusa perfecto para que en El Malaguita recordemos uno de los eventos más destacados a nivel comercial: la apertura del primer Hiper de Málaga.
El 25 de febrero de 1975 se inauguró al final de la Carretera de Cádiz, en los antiguos terrenos de la finca del Pato, el primer Híper de Andalucía y el segundo de España. De la mano de la cadena francesa Euromarché, se trataba de una mega-tienda de 20.000 metros cuadrados y una plantilla de 350 trabajadores en la que se podía comprar ¡de todo!, con un aparcamiento útil para un buen porcentaje de los coches que circulaban entonces en Málaga. A la inauguración acudió el Ministro de Comercio, Nemesio Fernández-Cuesta, acompañado por otros cargos del ministerio. Hizo de anfitrión el empresario malagueño Manuel Martín Almendro, presidente del consejo de administración del Híper.
El desconcierto fue muy grande tanto a nivel de los clientes como a nivel de los empleados, ya que muchos de ellos fueron contratados poco antes de su apertura y apenas cumplían los 17 años. «La gente me decía que iban a poner una tienda muy grande, que no iba a haber que desplazarse de un sitio a otro para comprar, porque en la misma tienda podías comprar todo lo que quisieses». Ante esa premisa y en una Málaga donde sólo existía la tienda de toda la vida, regentada por el tendero que servía a los clientes en el mostrador, era algo difícil de entender. Y comprender que el personal, vestido con bata naranja bastante llamativa, medias negras y zapatos negros, no atendiera a la gente y que se limitara a esperarlas en una caja, pasar las compras por una cinta y cobrar a la gente también resultaba complicado. Es más, bajó una persona de Madrid para enseñar el sistema de cobrar en caja, ya que había que marcar unos precios y códigos.
La gente en Málaga se quedó impresionada. Era un sitio grandísimo, tenía muchísimo surtido de todo y se extrañaban de que zonas como las de muebles fueran enormes. Había otras muchas novedades que llamaban la atención: barras de pan descomunales para la época, todas iguales y envueltas en plástico; pasteles de nata con forma de cisne que se vendían en el self-service; que tuviera restaurante autoservicio donde había una cinta transportadora donde había que dejar la bandeja y hasta galería de pintura. Sin embargo, la novedad estrella fue ¡el carrito de compra!. Era una estampa “normal” ver a familias peleándose por conducirlos, incluyendo a los adultos, lo que no era motivo para verlos luego llenos a rebosar.
El lleno absoluto duró unos cuantos meses. A mediados de 1976, cuando Hiper Málaga pasó al consorcio Simago – Carrefour – Hiper, el valor de sus instalaciones superaba los 500 millones de pesetas y con la venta diaria tenía 29 millones de pesetas mensuales de beneficios. En 1977, el Hiper ya se denominaba Pryca, abreviatura de ‘Precio y calidad’ y matriz de Carrefour en España; y en 1999, con la fusión de Pryca y Continente pasó a llamarse Carrefour, en concreto Carrefour Los Patios. En 2015, celebrando el 40 aniversario, la gran superficie ofreció una exposición con una veintena de fotografías a gran tamaño de ese primer año del Híper y homenajeó a los 16 empleados que todavía seguían trabajando en la empresa desde sus inicios.
No hay duda que se trata de un recuerdo que persiste en la memoria de mucha gente, no necesariamente mayor…
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