Comenzamos un nuevo mes tras un verano en el que hemos vuelto al predominio del turismo nacional, que ha provocado en muchos sitios de la costa escenas más propias de otras estaciones. Por eso hoy en El Malaguita vamos hoy a hablar de uno de los primeros hoteles de la Costa del Sol: el Castillo del Inglés.

El Castillo del Inglés es el nombre recibido por el extinto y arcáico Castillo de Santa Clara que coronaba el promontorio que separa las playas de La Carihuela y El Bajondillo en Torremolinos. A finales del siglo XIX, en 1898, Sir George Langworthy y su esposa, Anne Margaret, compraron el castillo, entonces cuartel de carabineros, y emprenden su transformación en residencia. El cambio fue radical, y se transformó en una finca con espléndidos jardines y miradores sobre el mar. Además, en él encontraron empleo numerosos vecinos del pequeño pueblo pesquero de Torremolinos.

El fallecimiento de su esposa en 1913, con 40 años de edad, hundió a Sir George Langworthy en la desesperación, trauma que no llegaría a superar y que se agravó durante la Gran Guerra (la I Guerra Mundial), en la que participó de forma fugaz, por razones psíquicas, con grado de comandante. A su regreso a Torremolinos, Langworthy (protestante y buen conocedor de la Biblia) dedica su vida a alentar el amor hacia los demás.

El Castillo del Inglés se convierte en refugio de pobres, enfermos y gentes con pocos recursos, a los que socorre y saca del apuro diario entregándoles una peseta a cambio de la lectura de algún pasaje de la Biblia, de ahí su apodo como “El Inglés de la peseta”. La gente hacía cola a la puerta de su finca para rezar lo que se conocía como el “Tratamiento” y de esta manera recibían una peseta de plata, que en aquel entonces significaba la comida diaria de una familia entera. Langworthy se desprendió así en poco más de quince años de unos doce millones de pesetas, lo que era entonces una enorme fortuna.

En 1930, para recomponer un poco su economía, aceptó el alquiler del castillo para transformarlo en hotel-residencia. El conocido como “Hotel del Inglés” fue un éxito desde el principio, la belleza del entorno, la soberbia construcción y lo cuidado de sus jardines hizo que siempre tuviera los mejores clientes posibles, sobre todo británicos que venían a disfrutar de un increíble clima y de un lugar totalmente para ellos.

En aquel idílico lugar podría situarse el kilómetro cero de lo que a la postre ha sido la Costa del Sol. Por él luego pasarían ilustres visitantes, incluso se ha escrito sobre la visita nunca verificada documentalmente de Picasso con Olga Koklova, como de Lorca o de Dalí y Gala Eluard, de los que sí hay fotos y que protagonizaron el probablemente primer top-less de la historia de nuestras costas muy cerca del Castillo del Inglés.

El 15 de mayo de 1918, Sir George fue nombrado hijo adoptivo y predilecto de Torremolinos por el Ayuntamiento de Torremolinos en reconocimiento a sus innumerables obras de caridad. Falleció el 25 de abril de 1946, a los 79 años de edad, rodeado de sus empleados y el pueblo entero que acudió a despedir el sencillo féretro que sería enterrado en el Cementerio Inglés de Málaga junto a su esposa Anne Margaret, fallecida a causa de una pulmonía treinta y tres años antes, el 30 de enero de 1913.

En 1993 desapareció el establecimiento turístico y hoy es una “La Cornisa de Santa Clara”, comunidad de propietarios de lujo enclavada en la mejor zona de Torremolinos, con vistas privilegiadas y envidiadas por muchos (sobre todo el día de la Virgen del Carmen). En la actual calle Castillo del Inglés, inaugurada en 1.990, hay un hotel llamado Castillo de Santa Clara, y en él está el monumento a la memoria de Sir George Langworthy, “El Inglés”, mientras que hay un mosaico dedicado a su esposa Anne Margaret Roe en la Cornisa de Santa Clara.

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