Resulta curioso ver cómo una de las historias más sangrientas que han tenido lugar en nuestra provincia puede servir como base para adornar algo tan bonito o llamativo como puede ser un azulejo. Y si no que se lo pregunten a los vecinos de Frigiliana, donde los vecinos pueden contemplar doce paneles cerámicos repartidos entre sus preciosas casas que cuentan la historia de la  batalla del Peñón de Frigiliana, que compartimos hoy en El Malaguita.

La batalla de Bentomiz, conocida también como la del Peñón de Frigiliana, constituye el episodio último de la historia de los moriscos en la Península. Tras la toma de la próspera comarca de Bentomiz, tradicionalmente identificada con la Axarquía malagueña, pero que se extendía desde Torrox hasta Alcaucín, pasando por Canillas de Aceituno y Canillas de Albaida (sin incluir Vélez), y la Capitulación de 1491, los musulmanes mantuvieron sus costumbres sin demasiados problemas. En 1567 se produce la publicación de la Real Pragmática de Felipe II, auspiciada por el inquisidor Pedro de Deza, en virtud de la cual se prohibía a los moriscos llevar armas, hablar y escribir en su lengua, usar sus propios vestidos y practicar sus costumbres, obligándoseles a entregar todos sus libros. Ésta Real Pragmática encendió los ánimos entre los moriscos de las Alpujarras, estallando la rebelión en la taha de la Poqueira la Navidad de 1568. La rebelión se extendió como un reguero de pólvora a todo el Reino de Granada, llegando a Bentomiz en abril de 1569.

Hernando El Darra, vecino de Frigiliana de origen hispano-musulmán convertido al cristianismo y descendiente de alcaides de Frigiliana, fue proclamado capitán de la revuelta y encabezó el levantamiento de los moriscos de la Axarquía que se reunieron para hacer frente a las tropas reales. Las tropas al mando del Corregidor de Vélez, Arévalo de Zuazo, intentaron sin éxito tomar el lugar del Peñón, el 28 de mayo de 1569, y no fue hasta días después cuando el ejército de Felipe II, dirigido por el Comendador Mayor de Castilla, Luís de Zúñiga y Requesens, puso fin a la revuelta. Tras un primer asalto fallido al Peñón el 28 de mayo con 1.400 hombres, dirigido por el corregidor veleño Arévalo de Suazo, el comendador mayor de Castilla envió desde Italia 25 galeras con soldados regulares de NápolesPiamonte y Sicilia y un grupo de mercenarios y cautivos turcos y berberiscos, que desembarcaron en Torrox.

Entre 5.000 y 10.000 (la cifra varía según la fuente) soldados se enfrentaron con unos 4.000 moros. Tres mil niños y mujeres fueron apresados y vendidos como esclavos y unos 2.000 moriscos huyeron a las Alpujarras o quedaron vagando por los montes, haciendo frente a los soldados castellanos durante algunos meses más en escaramuzas continuas, o convirtiéndose en monfíes (desterrados o proscritos), bandoleros y salteadores que vivían en las sierras.

La trascendencia de la batalla del Peñón va más allá de lo puramente militar, ya que supuso el final de lo morisco, entendido como una entidad social y cultural asociada a un territorio concreto durante muchos siglos. Además, los hechos del Peñón dieron lugar a una amplia y extensa literatura, con narraciones detalladas como las de Luis de Mármol Carvajal, Diego Hurtado de Mendoza o Pérez de Hita. También sirvió de inspiración a literatos como Miguel de Cervantes, y se han encontrado alusiones a tan sonada batalla en El Cautivo y Don Quijote de la Mancha.

Toda la historia queda reflejada en los paneles cerámicos creados por Amparo Ruiz de Luna que adornan las calles de el Barrio Morisco en Frigiliana. En honor a la vida morisca, cuando se hicieron  se decidió utilizar el blanco árabe marfil, para el fondo, los verdes y marrones vidriados y el negro, para los perfiles, al igual que la técnica de los moriscos de Bentomiz. Curiosamente, sólo en uno se utiliza el rojo para representar la bandera morisca. Y aunque aquí os dejamos la secuencia completa, desde El Malaguita recomendamos visitar Frigiliana y pasear por sus calles…












PD. Agradecemos las fotos a Andalucía Rústica.

1 comentario

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  1. […] Sin embargo, de la época de la Reconquista, Sedella estuvo implicada en la rebelión de 1569 al ser empujados sus habitantes por un monfie llamado Andrés el Xorairán, que junto con veinte monfíes más dio el primer asalto el 24 de abril de 1569 a la venta de Pedro Mellado, cristiano que tenía en su poder a la esposa de un moro de la Alpujarra llamado Almueden. Una rebelión que finalizó de manera trágica como ya contamos en la batalla del Peñón de Frigiliana. […]

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